lunes, 31 de mayo de 2010

Caos vehicular


Hubo indicios. Algo estaba pasando.
De a poco y como quien tímidamente asoma a algo que tiene miedo de que no sea verdad, el pueblo fue volviendo a la calle y a las plazas. El pueblo de a uno, cada uno en tanto pueblo, humildemente llevando su porción de pueblo para que conforme un pueblo más grande.
Primero pidiendo la palabra, como nos enseñaron en la escuela, permiso señorita, quiero hablar, quiero la ley de medios, quiero no tener que pedir permiso.
Las marchas por la ley de medios fueron más que marchas, fueron encuentros. El encuentro de estos pedacitos de pueblo que supieron, como sólo sabe el pueblo, que tenían que ser más pueblo que nunca si querían hablar de las cosas del pueblo y no ser hablados por otros que no tienen nada de pueblo.
Después, las autopistas informáticas también fueron piqueteadas por el pueblo. Y cada uno en tanto pueblo, aportó ahí también su pedacito de pueblo, y el pueblo se enlazó, y desbordó la Internet para mostrarse como pueblo en plazas de todo el país, en Obeliscos, generando caos vehicular, reclamando leyes del pueblo, acompañando al gobierno del pueblo, festejando el reencuentro del pueblo, de los pueblos, de cada pedacito de pueblo que vino o que aún no vino a fundirse con el pueblo.
Hubo encuentro y para el pueblo el encuentro es fiesta. Hubo fiesta. Hubo pueblo, otra vez.

Y un día fueron millones.
Feliz Bicentenario.
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sábado, 22 de mayo de 2010

¿Qué te pasa, Goliat, estás nervioso?

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Hace dos días, mi amigo Hank publica este post, después del cual se arma un flor de revuelo que está muy bien explicado acá y acá

Hablando seriamente, ¿no es macartista que un monopolio mediático del tamaño de Clarín se ensañe con un bloguero y le cuelgue el mote de "hiperoficialista", "k", etc.?

En otras épocas, ser etiquetado en base a tu ideología implicaba persecución y muerte. Hoy atacan impiadosamente a un tipo que escribe desde la casa, lo señalan y lo acusan, usando toda la artillería de adjetivos y superlativos que permite el idioma castellano, y le quieren hacer creer a sus lectores que están desbaratando una "operación".

Señores de Clarín, algunos hacemos lo que hacemos porque creemos en lo que hacemos.

Y por puro PLACER.
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domingo, 16 de mayo de 2010

Asustan, che

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Leo las declaraciones de Ernesto Sanz. Que suenan más o menos como éstas, del diputado Alfredo Olmedo, de Salta, tan orgulloso de tener la mente cerrada y el culo también.
Son pensamientos trogloditas que me sorprenden, realmente creía que habíamos llegado a ciertos consensos sobre algunos temas, que obligaban a darle un poco de barniz civilizado a los discursos, aunque sea para "quedar bien". Pero veo que estos tipos están sacándose todo tipo de careta o de delicadeza que pudieran haber tenido alguna vez.
La siguiente conclusión es que han resignado la idea de hablarles a las masas y están focalizando su discurso en un sector minoritario, altamente derechizado, que es su votante fiel y que se congratula de escuchar estas cosas en boca de sus representantes.
Bueh... capaz que no es tan malo, entonces.
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