jueves, 9 de julio de 2009

¿Cambios? ¿Cuáles cambios?

Volvemos al tema de los aciertos y los errores. Es necesaria una buena discusión, bien a fondo, para articular un discurso propio, que pueda competir con la interpretación unívoca de la derecha acerca del resultado electoral.
¿Ganó De Narváez porque la gente apoya políticas de derecha? ¿O será que no habia otra opción con posibilidades de éxito capaz de frenar al kirchnerismo?

Es más, ¿cuáles fueron las políticas kirchneristas que provocaron el alejamiento de la voluntad popular? No me parece que hayan sido las de nacionalización, ni las de jubilaciones, ni las de derechos humanos. Pienso, concretamente, que más bien fueron la ceguera institucional, el encierro entre cuatro paredes, las decisiones entre gallos y medianoche, la torpeza en la pelea por las retenciones (especialmente esto último, que permitió reeditar un imaginario nacional que igualaba al campo con lo nacional y/o lo colectivo). Hay mucho para discutir.

Creo que los cambios de ministros que se hicieron en el gobierno fueron en sentido contrario a lo que se hubiera esperado después de un resultado electoral adverso: en vez de corregir el rumbo, se cierran cada vez más en sí mismos. Una pena, siguen dilapidando el apoyo popular que una vez tuvieron.

Los gobiernos se expresan a través de sus actos; no de lo que dicen, sino de lo que hacen. Por eso que un buen análisis tiene que partir de desmenuzar hechos y atribuírles sentido, sentido que va a variar en función de la clave de lectura que cada uno le ponga. Lo que para nosotros, desde la centroizquierda, son aciertos del kirchnerismo (jubilaciones, estatizaciones, derechos humanos), para el discurso de la derecha son justamente los puntos que van a combatir. Es importante seguir diferenciando permanentemente aciertos de errores, para no permitir el avance de una interpretación unívoca que meta todo en la misma bolsa y arrase con lo avanzado.

El hecho de hacerlo a través de los antecedentes de las personas designadas es una de las técnicas posibles, hay muchos estudios de caso que toman como abordaje las biografías de los protagonistas y a partir de allí elaboran conclusiones. Pero no quedarse ahí, porque esta técnica tiene una gran contra, y es que permite ser leída literalmente, sin que se llegue a las conclusiones implícitas.

Aníbal Fernández por Maza, Amado Boudou por Carlos Fernández. ¿Cambian las personas, siguen las políticas?

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